La voz de Alexis

¡Bienvenido! Si estás aquí es porque Google te aprecia muy poco o porque simplemente no te quiere. El PageRank de esta página es tan insuficiente —y constantemente decreciente— que cualquier cosa publicada acá se quedará acá y no saldrá de acá. Pero espera… Siéntete afortunado: eso se debe a que el material aquí alojado es completamente confidencial y reservado para unos pocos privilegiados —como tú—. Nadie lo ha visto antes. Tus ojos están a punto de presenciar algo inédito, empero a cambio debes prometer que lo que visualizares en el presente sitio web no se lo harás saber ni a tu mascota (si lo hicieres te mataré), puesto que debe permanecer ignoto para el resto de la población mundial.

Ahora que nos estamos entendiendo y ya que has llegado hasta estas líneas, pasemos al núcleo de todo esto: La voz de Alexis es un subproyecto de dominación mundial. Aquí se riegan escritos de los más variados, dispersándolos a través de una seleccionada temática, con la —no señera, mas sí primordial— intención de penetrar y subyugar las mentes débiles de la sociedad actual para obligarlas a realizar acciones en son de nuestro beneficio.

Mmm… ¡No!, ¡mentira! Éste es tan sólo un blog como tantos… No obstante, por el mero hecho de haber leído hasta este párrafo, deberías permanecer en este sitio leyendo todas las entradas (a pesar de que, de acuerdo a su contenido y al aborrecible PageRank, este blog no debería ser leído por nadie).

Hace varios años, en un mundo paralelo donde la existencia sí era difícil y competitiva, se desató una gran carrera cuyo trofeo distaba mucho de ser una copa. En aquel acontecimiento —que, por cierto, no se transmitió en televisión— se presentaron más de 60 millones de contrincantes, de los cuales (gracias al cielo) ninguno se llamaría Usain Bolt, sino Alexis (aunque seguramente no conoces a Alexis, así que en realidad da lo mismo). Lo cierto es que este pequeño Alexis se dopó sin que nadie se diese cuenta y, antes que cualquiera, aseguró su título de campeón, atravesando la meta (llamémosle «corona radiata») y subiendo al podio —lo que en ese mundo paralelo se conoce como «ovocito II»—. ¡Qué tiempos! (Es una lástima que no haya registros audiovisuales sobre ello).

Justo luego de ganar esa carrera, Alexis fue convocado a una nueva competición, para la que se preparó durante nueve meses, adquiriendo musculatura y una condición física acorde al nuevo reto. Es así como fue recibido un día X de enero de 19XX con una simbólica palmada de bienvenida en un hospital de Santiago. Ahí conoció a los organizadores de aquella carrera de la que hubo salido triunfante y se dio cuenta de que ya no era una celebridad, sino nuevamente uno de tantos. Por eso, hoy su misión es conquistar el mundo. Mientras lo hace, frecuentemente escribe en este blog, se dedica a la música, estudia programación y pierde gran parte de su tiempo «naufragando» en internet (algún día escribiré una nota acerca de qué es internet).

Si deseas hacerme alguna sugerencia, enviarme un video o cualquier cosa similar, contáctame a través del siguiente correo:

alexis_advance@hotmail.com

Las opiniones vertidas en este blog son de responsabilidad exclusiva de la sociedad actual —dado que ella ha trastornado la mentalidad de quien las emite— y no corresponden al pensamiento sano, terso y puro del autor. A pesar de lo anterior, dichas opiniones sí son de propiedad del autor, o sea yo, puesto que yo las escribí en mis momentos de aburrimiento y esparcimiento cerebral. De acuerdo a ello, si robares algo de este blog sin permiso previo, te demandaré por violación a los derechos de autor.